Antonella Marín Quintero, la "Black Widow" chilena detenida en Argentina por robar y drogar a hombres
Camila Olavarría 27 septiembre 2025 0

Un perfil que pasó de la escena cultural a los titulares policiales

Con 35 años, Antonella Marín Quintero era una cara conocida en la zona de Valparaíso, donde trabajó como actriz, gestora cultural y directora de varios proyectos artísticos. Su participación en festivales locales y su postura como activista feminista le dotaron de una reputación pública favorable, algo que ahora contrasta fuertemente con las acusaciones que la persiguen en territorio argentino.

Según los informes de la policía de Mar del Plata, la metodología empleada por la acusada se apoyaba en plataformas de citas y redes sociales. Se presentaba bajo pretextos como la venta de objetos o la promesa de encuentros casuales, obtenía la confianza de sus interlocutores y, una vez reunidos, administraba una sustancia narcótica antes de saquear teléfonos, relojes, computadoras y otros objetos de valor.

La investigación señala que los hechos ocurrieron entre el 4 de julio y el 10 de agosto del año pasado, con al menos cinco víctimas confirmadas. Uno de los episodios más graves involucró a un hombre que, tras ser drogado, cayó sobre una estufa y sufrió quemaduras de tercer grado, lo que ha llevado a los fiscales a considerar cargos adicionales de lesiones graves.

Repercusiones legales y sociales de un caso transfronterizo

Repercusiones legales y sociales de un caso transfronterizo

Marín Quintero se encuentra actualmente bajo detención preventiva en una cárcel de Mar del Plata mientras se prepara su defensa. Las autoridades argentinas evaluan la posibilidad de incluir cargos por robo agravado, intento de homicidio y abuso de confianza, entre otros. Los investigadores también sospechan que el número de víctimas podría ser más amplio, ya que muchos hombres podrían haber preferido permanecer en silencio por vergüenza o temor al estigma social.

El caso ha generado una fuerte repercusión mediática tanto en Argentina como en Chile. Medios de ambos países han utilizado el apodo "Black Widow" para describir el supuesto comportamiento depredador de la acusada, una etiqueta que, además de captar la atención del público, refuerza la imagen de una mujer que se alimenta de sus presas. En Chile, el episodio ha sido visto como una mancha en la imagen del país, alimentando narrativas sobre ciudadanos chilenos involucrados en actividades delictivas en el exterior.

Colaboradores y excompañeras de proyectos culturales han presentado denuncias por impagos y incumplimientos contractuales, lo que sugiere que la motivación financiera de Marín Quintero podría haber sido más amplia que los robos vinculados a los encuentros personales. Estas quejas añaden otra capa de sospecha sobre su manejo de los recursos y su ética profesional.

Por otro lado, el hecho de que la acusada haya construido una imagen pública como feminista y defensora de los derechos de las mujeres ha generado un debate sobre la autenticidad de su activismo. Críticos señalan una posible paradoja entre su discurso público y la supuesta conducta delictiva, mientras que algunos defensores argumentan que los juicios mediáticos pueden sesgar la percepción de la justicia.

El proceso judicial aún está en sus primeras etapas, y la defensa de Marín Quintero no ha presentado declaraciones oficiales. Mientras tanto, el caso sigue alimentando discusiones sobre la seguridad en aplicaciones de citas, la vulnerabilidad de los usuarios ante estafas y la necesidad de protocolos más rigurosos para prevenir este tipo de crímenes transfronterizos.

Autoridades de ambos países han expresado su compromiso para investigar a fondo el asunto y garantizar que la justicia se haga cargo, sin importar la nacionalidad del involucrado. La historia de la "Black Widow" continúa desarrollándose, y su desenlace podría sentar precedentes en la cooperación policial binacional y la protección de los usuarios de plataformas digitales.