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Michael Douglas se resiste al retiro y elige Mallorca como su refugio para una nueva etapa
abr, 21 2025

Un actor que no se despide, solo cambia de ritmo

Cuando muchos imaginarían que con casi 80 años es momento de colgar el micrófono, Michael Douglas desmiente con hechos todas esas suposiciones: sigue en el juego, pero a su manera. Sí, acaba de anunciar que vivirá entre Mallorca y Bermuda, pero eso no significa, ni de lejos, que esté pensando en jubilación total. Ni hablar. Para Michael, la idea es priorizar proyectos con un valor añadido, escoger propuestas que realmente le motiven y que le permitan sentirse aún parte de la industria que lo vio crecer. En sus propias palabras, ahora solo aceptará papeles 'muy especiales'.

¿Y cuál es el motivo para mudarse a la isla balear más famosa del Mediterráneo? La respuesta es sencilla, pero contundente: estar más cerca de su hija Carys, de 21 años, que estudia en Londres. Mallorca no es solo un escenario de postal para relajarse, sino también un punto estratégico desde el que Michael puede disfrutar de la vida familiar y, de paso, ese clima suave que tanto envidia cualquiera que haya pasado un invierno duro en Nueva York. Él y Catherine Zeta-Jones ya han puesto en venta su antigua casa familiar en la Gran Manzana, despejando el camino para vivir "seis o siete meses" al año en las afueras de Valldemossa, con sus vistas al mar y la sierra.

Nuevos géneros, viejos debates y el toque Douglas

Douglas no pierde la curiosidad. Soprende que, después de décadas de suspense, drama y acción, ahora quiera sumergirse en el cine de terror. Lo confesó públicamente durante el Festival Internacional de Cine del Mar Rojo: “Todavía tengo que hacer una película de miedo”. Quiere probar algo distinto antes de bajarse del escenario. Su sello, sin embargo, no pierde claridad: seleccionar con pinzas, nunca a granel.

Le tocó también enfrentar la recurrente etiqueta de “nepo baby” (hijo de famosos), ya que como sabe todo amante del cine, Michael proviene de una saga bien consolidada, con Kirk Douglas y Diana Dill como padres. Su postura es sencilla y, para algunos, rompedora: ¿qué familia no intenta ayudar, sea en el cine, la odontología o el taller mecánico? Michael defiende que lo importante es tener pasión genuina, más allá de la herencia o las ventajas iniciales.

No esquiva las transformaciones del oficio. En su discurso de agradecimiento en el Atlàntida Mallorca Film Fest —donde la mismísima reina Letizia le entregó un premio honorífico—, reflexionó sobre el boom de las plataformas y el nuevo consumo de películas y series. Para Douglas, hay oportunidades nuevas, pero no todo el mundo tiene claro su papel en esta industria en cambio constante.

Mientras tanto, Catherine Zeta-Jones tampoco frena: sigue rodando la película “Wednesday”, en Irlanda, como si en esta familia el descanso estuviera siempre en segunda fila. Para ellos, el equilibrio ahora está entre dos mundos: el glamour de los rodajes y la tranquilidad aislada del Mediterráneo.

Así que Michael Douglas no abandona los focos, solo juega bajo sus propias reglas. Mallorca será su base, pero su brújula creativa sigue en movimiento.